Saturday, October 22, 2005

Soliloquio

No entiendo a esta puta gente, ven caer cuatro gotas espanta mugrosos y todos salen a la calle como si el diluvio universal fuera el protagonista de la tarde. Todo viene de lo mismo, ven los telediarios con las imágenes de Londres ajusticiada por la lluvia y sus pobres cerebros globalizados les ordenan ataviarse con las mismas ropas para quince minutos de rocío.


¡Joder! ¡Hay que vivir coño! Me está entrando hasta calor, mejor me quito la chaqueta antes de comenzar a sudar como un cerdo. ¡Y me miran como si estuviera loco! Pobres, no han salido de su pequeña ciudad y están acostumbrados a un orden social establecido. En fin, no se puede enseñar a pensar a quien empeñó el cerebro en el bar por una cerveza en el último Barça – Madrid.


Hay que ver, la pobre gente esta que vive en la calle, por ellos sí que había que hacer algo, al fin de cuentas son personas, igual que los negritos que vienen tragando balas por todo el Áfrcia en cada frontera y al llegar a Melilla se encuentran con un cartel bien grande en luces de neón que dice “Europa, sociedad del bienestar occidental, nos reservamos el derecho de admisión”.


Es deliciosa esta lluvia. Madre mía, qué sensación en las manos, si no tuviera el cerebro podrido por tanta tele quizá hasta tendría un orgasmo. El pelo se me va a encrespar como siempre con esta humedad, bueno, es el precio por los rizos.


¡Ostias! Mira que mujeres, es verdad que aquí son preciosas pero joder, intenta hablar con ellas, de cincuenta las primeras cuarenta y ocho te escupen a la cara cualquier barbaridad, eso deja bien claro que la cultura se mama, y las dos que te dirigen la palabra es como para matarlas, asumen su papel de Barbie intocable, pareciera que llevan un chip implantado desde la infancia, mira que hay que estar hueco.


El viejecito ese tiene más vitalidad que todos los que atravesamos la calle. Si tuviera tiempo me pararía con todos los ancianos de la ciudad para escuchar sus historias, deben de tener anécdotas impresionantes. También hay muchos ariscos, pero bueno, todo es saber hablarles y tenderles el oído. Lo que se pierde cada año, qué digo, cada día coño, miles de vidas que nunca saldrán del anonimato, eso es una injusticia en toda regla, un punto más a favor del suicidio colectivo.


Pero si es que es verdad, todas están buenísimas. Hasta las de quince años parece que tienen veintitrés, si no fueran tan imbéciles esto sería el paraíso. Mira esa que viene andando por ahí, ¡vaya! Si me está aguantando la mirada, joder tengo que decirle algo. “No te vayas”. Bueno, como todas, hay que adivinar lo que pasa por su estrecha cavidad craneal, nada, eso es imposible.


Otro semáforo asqueroso, y la gente que no atraviesa aunque no vengan coches, ¡por favor, ¿estamos en Ámsterdam o qué?! Mira, una que te sigue el paso. Voy a dejar que se ponga a mi lado, digo, por lo menos así la veo un poco. Ya, es la típica directiva que es el azote de los hombres en la oficina; si lo digo siempre, no hay nada peor que una mujer con poder. Pero mírala, vaya desgraciada, me quiere ganar al paso, eso sí que no guapa, a mí no me pisa ni mi padre.


Y aguanta, hay que tener mala leche, seguro que es una antipática total. Pero a mí no me la juegas chica, te vas a dar con un canto en los dientes. ¿Será cabrona? Me ha adelantado la muy tonta, se cree que ya ganó pero qué va preciosa, esto es como el cuento de Borges, ese en el que a un rufián de una banda de ladrones le permiten soñar un poquito que es el líder y cuando se lo cree le matan, pues igual contigo preciosa, vas a reventar cuando te adelante.


Por lo menos aquí atrás tengo buena vista, el culito que lleva está trabajado en el gimnasio, está es la perfecta mujer florero de mírame y no me toques. ¡Y el paraguas, por favor, si lo lleva combinado con el modelito! Lo que yo decía, la típica modelo urbana. Ese paraguas debe ser caro, parece hasta señorial.


Bueno, se te acabó el cuento nena, aquí te quedas. ¡Pero si se va matando para que no la adelante! Si vende pisos como pelea por una carrerita tonta debe ser millonaria. Bueno chica, mala suerte, te tocó atravesarte con una familia de esas que creen que la acera es propiedad exclusiva de su goce y disfrute. Ya está, adelantada, pero mira, te voy a dar esperanzas aún, me voy a esperar en el semáforo para que me alcances y después te voy a joder doblemente, para que te vayas calientita a casa.


Dicho y hecho, Nock Out total, a la lona querida, has perdido la carrerita, suerte la próxima. Ahora tiro aquí a la derecha, rodeo un poco y llego directo a casa. ¡Pero si viene detrás de mí, debe haberle jodido cantidad el que le ganase un chico normal sin paraguas! Bueno, ahora sí sin piedad, sufre.


Invicto en toda su carrera, el campeón vuelve a darle la razón a todos sus adeptos, el mejor, el inalcanzable, el correcaminos más rápido que se ha visto sobre el asfalto.


Todavía viene detrás, en fin, ya paro en mi portal, a ver qué hace porque seguro que por aquí no vive y venía detrás sólo para adelantarme e irse contenta a casa después de derrotar a otro hombre, pobres, si están todas frustradas.


¿Para dónde va? Joder, voy a salir porque desde aquí no la veo, bueno, ahora ya va lento, qué te dije, infeliz, ahora te llevas el trago amargo a casita. Aquí no se ve nada, además el ascensor seguro que lo está utilizando cualquier tarado para quitar la ropa de la azotea, en fin, a esperar, ¡¿pero qué digo?! Ve tras ella viejo perro lobo, hace bastante que no le dices nada a ninguna, seguro que esta cae, por lo menos para quedar otro día y buscar la revancha. ¡Ea, ahí está!, venga, rápido, a por ella. “Oye, disculpa, sí, tú, no puedo dejar que una chica tan bella se escape, ¿te apetece un café?” ¿Ves? Te dije que con tal de no perder se olvidan hasta del papel de mujer florero, bueno, ya veremos en qué acaba todo esto, igual y hasta piensa.